Fractales

El arte de Aimee Joaristi es un ejercicio de percepción. Joaristi corta en fragmentos imágenes establecidas y las recompone en una mirada fractal, un recurso imaginal que proviene de su propia imaginación activa, una repetición en diferentes proporciones y espacios. “Geometrías del alma” las llama ella, pues lo fractal pertenece a un modelo geométrico donde la sección áurea se compara a una semilla sin germinar, paralela a la teoría de la bellota del alma, de James Hillman, que nos hace ser tantos en una sola persona, un sistema de multiplicidad que nos remite al “rizoma” de Deleuze y Guattari, que se expande a través de diferentes combinaciones, generando un discurso que se reproduce exponencialmente. 

Los fractales de Joaristi serían como una bellota geométrica que, al prosperar, mediante algoritmos matemáticos, se expandiera de forma semejante al rizoma de una planta: un sistema de proyección cónica invertido, concebido por la regeneración de sus mismos componentes.  

En Joaristi el reciclaje de imágenes y conceptos es una constante. Sus investigaciones y experimentación se reproducen y expanden paralelos a la pasión con la que trabaja incansablemente. Esa entrega la ha conducido a ser reconocida por curadores como Rebecca Wilson, de la Saatchi Gallery de Londres, quien sólo en 2013 la seleccionó cuatro veces para las colecciones de Op Art y Surrealismo Pop. Asimismo, al artista Federico Herrero la invitó a exhibir en su galería DesPacio, una de las más significativas para el arte actual en América Latina. Y por supuesto, coleccionistas de peso siguen los pasos de la artista, puesto que su constante evolución gravita sobre variaciones ad infinitum de discontinuidades y fracturas en nuestros conceptos de vida y universo.

Marcela Valdeavellano-Valle